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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



miércoles, 22 de febrero de 2012

Discurso de disolución de la Orden de la Estrella. Krishnamurti


Porque soy libre y no tengo condicionamiento, todo, no una parte, no lo relativo, sino toda la Verdad que es eterna, deseo que aquellos que buscan comprenderme sean libres; no para que me sigan, no que hagan de mí una jaula para convertirla en una religión, en una secta. Más bien deben liberarse de todos sus miedos: del miedo de la religión, del miedo de la salvación, del miedo de la espiritualidad, del miedo del amor, del miedo de la muerte, del miedo de la vida en sí misma. Así como un artista pinta un cuadro porque se deleita al pintarlo, porque es su propia expresión, su gloria, su satisfacción, de la misma forma yo hago esto, y no porque quiera nada de nadie. Están acostumbrados a la autoridad o a la atmósfera de autoridad, y creen que les conducirá a la espiritualidad. Creen y esperan que otro, por sus extraordinarios poderes, por un milagro, podrá trasportarles al reino de la eterna libertad que es la Felicidad. Toda su perspectiva de la vida se basa en esa autoridad.

Como decía antes, mi propósito es hacer que los hombres sean incondicionalmente libres, porque sostengo que la única espiritualidad es la incorruptibilidad del propio ser, que es eterno, que es la armonía entre la razón y el amor. Esa es la absoluta e incondicionada Verdad que es la Vida misma. Deseo, por tanto, que el hombre sea libre, que se regocije como el pájaro en el cielo claro; libre de toda carga, independiente, inamovible en esa libertad. Y yo, para aquellos que se han estado preparando durante 18 años, ahora les digo que deben liberarse de todas las cosas, liberarse de sus complicaciones, de sus enredos; y para esto, no necesitan ninguna organización basada en una creencia espiritual. ¿Por qué tener una organización para cinco o diez personas en el mundo que comprendan, que trabajan, que han desechado todo lo trivial? Y para los débiles, no puede haber ninguna organización que les ayude a encontrar la Verdad, porque la Verdad está en cada uno de nosotros; no está lejos ni cerca, está eternamente ahí...

miércoles, 15 de febrero de 2012

El Nietzsche revolucionario

La obra de Nietzsche es muy extensa, no solamente la publicada en vida (aproximadamente 30 libros) sino también sus apuntes, notas y proyectos editados en una obra póstuma crítica compuesta por 4 vólumenes que juntos hacen casi las 4000 páginas; así como su correspondencia editada completa en cuatro volúmenes. Estamos hablando de varios miles de páginas, de las cuales, de manera canónica apenas se han estudiado, principalmente la obra apócrifa falsificada por su hermana La voluntad de poder  y un par de libros más, en interpretaciones realmente pobres o elementales si consideramos la bastedad de la obra. Uno de los períodos del pensmaiento nietzscheano menos estuadiado es el comprendido entre 1876 y 1882 [Humano, demasiado humano (1878-1879), El caminante y su sombra (1880), Aurora (1881) y Gaia ciencia (1882)] calificado por el mismo Nietzsche como su período del espíritu libre, en el cual, reivindica la Ilustración radicalizándola en el sentido crítico del término, así, arremete contra los valores y las supersticiones tanto religiososos como morales en función de la emancipación -liberacion del hombre- y en esa labor llega a grados revolucionarios de crítica a la sociedad burguesa y al capitalismo.

En varios momentos de la obra nietzscheana existe una cercanía con las posiciones socialistas en la convergencia con los mismos enemigos, y en el límite, hasta una especie de coincidencia temática crítica y beligerante contra el capital que toma forma en torno a los siguientes temas presentes en la obra nietzscheana: crítica del maquinismo, de la división del trabajo, del culto al dinero, la enajenación, la especulación financiera, del mercantilismo y la exaltación del valor de cambio; propuestas para desarrollar el socialismo cuando es el instrumento del poder, nacionalizar los sectores rentables a corto plazo. De los cuales, sólo como una muetra presentamos los siguientes fragmentos del período antes mencionado:

“…es necesario liberar todos los caminos de trabajo que lleven a la “pequeña” fortuna, pero impedir el enriquecimiento fácil y súbito; habría que retirar de las manos de particulares todas las ramas del transporte y el comercio que favorezcan la acumulación de “grandes” fortunas, y, ante todo, el tráfico de la moneda, y considerar a quienes poseen demasiado como seres peligrosos para la seguridad pública, con el mismo título que los que no poseen nada”. [El viajero y su sombra (285)]

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jueves, 9 de febrero de 2012

La Sed Verdadera: Spinetta-Artaud

Luís Alberto Spinetta es un poeta del siglo XX. La poesía deviene con la realidad misma pues mientras haya humanidad habrá poesía. La vida cambia y la poesía la acompaña en ese cambio. Por ello la obra espiritual de las imágenes es llevada a cabo en la pintura, el teatro, el cine y la música pues el hombre necesita poesía (de las imágenes que le den sentido pues no bastan las ideas) y la manera de acceder a ella tiene diferentes caminos desde la religión a la música popular.

El hombre tiene sed de imágenes del mundo y de sí mismo, y en la industria de la cultura es difícil encontrarlas. Sin embargo existen excepciones, es la estrategia de la imaginación que se abre paso para saciar la sed del hombre. Una de estas excepciones es la obra de Spinetta, que a través del rock hace una de las poéticas más maravillosas y reales del último tercio del siglo XX, real porque como casi ningún otro poeta fue capaz de hacer llegar sus imágenes a cientos de miles de personas, sobre todo jóvenes, durante tres generaciones.

Spinetta encarna en la cultura hispanoamericana parte importante del espíritu poético más auténtico del siglo, a través de su voz muchos tuvimos contacto con el indomable espíritu de Artaud, Rimbaud, Van Gogh, Nietzsche, Deleuze y Foucault. Pues mientras filósofos y literatos profesionales latinoamericanos se devanaban en torno al pensamiento y los estilos clásicos, él, el genial hijo de un obrero argentino que se tiraba en la cama a llorar inconteniblemente escuchando a los Beattles y leía ferozmente la obra más crítica y audaz de la cultura moderna, accedía y divulgaba con sus imágenes la poesía más auténtica.

En 1973 Spinetta tiene la audacia de hacer el mejor disco de rock en español titulado Artaud, dedicado a Antonin Artaud...

lunes, 6 de febrero de 2012

La historia del Cuerpo sin Órganos de Antonin Artaud

¿Un cuerpo y un organismo son lo mismo? Parece evidente la pertinencia de esta pregunta y aún más si al plantearla la hacemos en función de la oposición entre seres vivos, u orgánicos, y objetos inertes del mundo físico, ya que a pesar de tener estos una estructuración de sus elementos constitutivos, tal estructura parece no contar con la interrelación dinámica que haga posible la vida: piénsese en el cuerpo del hombre sin vida que a pesar de contar con todos los elementos estructurales no cuenta con la dinámica necesaria que posibilite la vida. Pero este cuestionamiento diferencial se agudiza si distinguimos entre el cuerpo y el organismo de un mismo ser vivo, como si se trataran de dos instancias diferentes, al preguntarnos ¿es lo mismo el cuerpo que el organismo, digamos, en el hombre? ¿Sólo puede tener o cuerpo u organismo, o un cuerpo organizado? ¿Si está vivo es organismo y si está muerto es sólo cuerpo? Y si de la agudeza pasáramos al exceso el destino sería la perspicacia de cuestionar el carácter esencial, definitivo y unívoco de la organicidad, y entonces, en un tono incisivo podríamos preguntar ¿a caso la organización de un cuerpo es definitiva, esencial y la única que puede adoptar?         
  
Después de esto el siguiente paso en nuestra reflexión es la mueca convertida en  respuesta. Dispongámonos a escucharla: “El cuerpo es el cuerpo, está solo /y no necesita órganos, /jamás el cuerpo es un organismo, /los organismos son los enemigos del cuerpo…” (Artaud, p.277).
  
Este razonamiento puede tomarse como una pura provocación o mero absurdo si se le ve únicamente como la mueca hecha a la civilización por la boca sin dientes  de un demente que pasó 9 años sometido al más austero régimen de abusos y electrochokes, internado en el hospital psiquiátrico de Rodez. Pero también puede ser considerado como un cuestionamiento preciso que inca sus efectos en las raíces más profundas de la cultura occidental, si es retomado como la sutil meditación de un pensamiento terriblemente atormentado y lúcido a un tiempo a causa del dolor, que en las cuestiones de la psique resulta  revelador.
  
Tal razonamiento es lanzado como una declaración de guerra por Antonin Artaud en un documento que constituye un acontecimiento sin parangón en la cultura de los medios masivos de comunicación, el guión para el programa radiofónico Para acabar de una vez con el juicio de dios...