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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



viernes, 28 de octubre de 2011

El Amor de Antonin Artaud

El paso de Antonin Artaud por México fue fulgurante y misterioso, como la visión que de los fenómenos estelares tenían seguramente los más antiguos de los antiguos, algo hermoso, fascinante y misterioso. Pues a diferencia de la presencia de otros escritores o artistas en México la presencia de Artaud está sellada por el signo de lo desconocido propio de su actitud sobria, seria y espiritual, que lo convirtieron en la sombra de una  humilde figura que atravesaba sobre todo el centro de la ciudad sin llamar la atención de nadie, y para los que "sabían" quien era se trataba de un extravagante intelectual secundario. Sin embargo, a diferencia de las visitas de otras figuras intelectuales por México, la presencia de Artaud es significativamente legendaria, puesto que no venía a hacer proselitismo de ningún tipo, ni a exaltar su figura siendo admirado, ni a divertirse en la cantina y el burdel en que los extranjeros suelen convertir a México. Artaud venía realmente a buscar un tesoro, el secreto de las fuerzas ocultas de la tierra roja que muy probablemente fueran aún capaces de cambiar un mundo que venía de las ruinas de la guerra y se aproximaba cada vez más a la decadencia, venía en busca de el hombre nuevo, porque el hombre se había convertido en una pila a la que le han cortado las cargas, y en busca de los elementos que harían posible una revolución-renovación del mundo.

Artaud cifró grandes esperanzas en su visita a México, no sólo en términos culturales sino también personales creía que en México y en sus indios podría encontrar la cura para su alma enferma desde muy temprana edad. Así emprende la aventura que es consignada en el maravilloso libro Viaje al país de los Tarahumaras, donde Artaud describe ceremoniosamente su experiencia espiritual en los rituales del peyote y los tres días más felices de su vida participando en ellos. Más allá de esto, poco se sabe del paso de Artaud por México.

El bello libro Artaud, todavía de Fabianne Bradu trata de reconstruir los avatares del paso de Artaud por México y la recopilación de su obra escrita en tierras mexicanas, a través de la correspondencia entre Paule Thévenin, editora de las obras completas de Artaud en Gallimard, y el amigo de Artaud y gran poeta guatemalteco radicado por ese entonces en México, Luis Cardoza y Aragón, quienes a lo largo de su cartas dan testimonios de un trabajo colectivo que sólo puede ser motivado y mantenido por el amor, una colaboración exhaustiva en la búsqueda de datos y recopilación de textos durante tres décadas...

miércoles, 19 de octubre de 2011

El miedo como estrategia del poder-Jodorowsky

Lo que caracteriza a los animales es el miedo: a cada momento temen que un rapaz se los coma. Sólo los humanos que desarrollan su Conciencia llegan a la libertad de vivir sin miedo, aceptar morir, no temer perder. Pero esta sociedad inhumana-industrial necesita que los ciudadanos vivan angustiados, semi-drogados, infantiles. Manipulados por el miedo, compran, consumen, obedecen, llenan su vacío espiritual con juegos necios, es fácil esclavizarlos. No hay que idealizar a la prensa ni a ningún medio de comunicación, todos están manipulados por los grandes y golosos capitalistas. El dinero actual es sólo simbólico, no representa una materia preciosa: es producto de especulaciones que se basan en los mercados, mercados vampiros que subsisten si los humanos-animales no pierden la confianza en el poder político constituido por actores marionetas… Todo está contaminado por el miedo. Primero que nada miedo al espacio: se nos ha dado un universo infinito en continua expansión, se nos doma para que nos parezca natural vivir en unos pocos metros cuadrados; las ciudades son cárceles con calabozos estrechos. Se nos enseña el miedo al tiempo: se exalta la juventud, se odia a la vejez, se predica un meloso “aquí y ahora” haciéndonos olvidar que la realización de la raza humana está en el futuro, y que los intentos del universo son los de crear una conciencia inmortal. Miedo a la pobreza: nos sumergen en una lucha encarnizada contra los otros para tener más riqueza, haciendo que no nos demos cuenta que la riqueza es fruto de nuestro trabajo común, nos pertenece por igual a todos. Nos vendan los ojos para que no protestemos porque unos “ricos” acumulan los beneficios de incontables “pobres”. Y el peor de los miedos, el miedo a sí mismo: adentrarse profundamente en nuestro espíritu, atravesar la tinieblas del inconsciente, para encontrar nuestro centro luminoso, libre, produce terror porque nos hace diferentes a todos los sumisos. Se educa a los niños para que sean “como todo el mundo”, haciéndolos agredir y aislar a sus compañeros “diferentes”. En fin, tengo la sensación de estar diciendo todo lo que nosotros sabemos. No le conviene a la prensa publicar noticias positivas, porque disminuyen la angustia y la gente deja de comprar sus hojas hipócritamente manipuladas. No hay un “sistema” ideal. Hay seres humanos que tienen el deber de comenzar a cambiar a este falso mundo, luchando para vencer el miedo animal que nos inyecta a diario. Fuente: http://planocreativo.wordpress.com/