Los zapatistas no son de este tiempo, y sin embargo, en muchos momentos han parecido ser los que más claramente lo entienden en un mundo en el que la mayoría de las personas no pueden entender la realidad en la que viven, porque creen o quieren vivir en otro mundo que constantemente los excluye. Por ejemplo, cuando en la década de los noventa la sociedad mexicana ingenuamente celebraba la ilusión salinista [1] de la entrada de México al primer mundo de la abundancia de los centros comerciales, la sofisticación del inglés en sus televisiones, la fast food a la vuelta de la esquina y los espectáculos internacionales como la evidencia de que los mexicanos formaban parte del mismo club que los habitantes de los países del primer mundo [2] ; frente a esas ilusiones, los zapatistas fueron el primer movimiento social en la historia que se opuso de manera explícita a la globalización cuyo nombre apenas y algunos académicos estaban balbuceando. [3] No hay que olvidar que su levantamiento el primero de enero de 1994 coincidió con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (NAFTA) entre USA, Canadá y México, y que en sus primeras declaraciones el EZLN denunció este hecho como una condena a muerte para todos los pueblos indígenas de México y que era la causa inmediata de su levantamiento. [4]
Paralelamente a esta lucidez para entender los signos de los nuevos tiempos, los zapatistas han tenido mucha fuerza, primero para resistir a los ataques de la realidad global que los condenaba a muerte y después del gobierno mexicano, que desde su aparición pública ha tratado de exterminarlos por no aceptar públicamente esa condena ni para ellos ni para todos los que son como ellos, es decir, todos aquellos individuos y grupos del pueblo mexicano que por sus circunstancias, características o decisión son un estorbo para el avance de la comercialización de los recursos naturales y culturales de México: quienes no tienen dinero para consumir ni nada que ofrecer que pueda ser comprado. [5]
También ha caracterizado activamente la fuerza a los zapatistas cuando han propuesto y realizado sorprendentemente, a pesar del acoso del que son objeto, nuevas formas sociales alternas al "orden" capitalista, esto, desde que se rompió el diálogo con el gobierno después de que éste traicionó en reiteradas ocasiones la tregua que suspendió el enfrentamiento armado [6] y cuando en el año 2001 con la promulgación de la Ley de Derechos y Cultura Indígena incumplió los compromisos asumidos en los Acuerdos de San Andrés, que son un conjunto de medidas que el gobierno pactó con el EZLN y buscaban producir las condiciones jurídico-políticas que permitieran vivir dignamente a los pueblos indígenas y se resumen en dignidad, democracia, justicia y libertad. [7]
Tras el rompimiento de la tregua y el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés, después de nueve años de negociaciones, el EZLN optó en el año de 2003 por llevar acabo todo aquello que el gobierno se negó primero ha legalizar y después a aplicar, construyendo la autonomía [8] en los territorios que recuperó en el levantamiento de 1994. [9] A partir de ese momento, los zapatistas han enseñado que la Autonomía es lo que necesitan los pueblos, grupos e individuos en esta fase tan crítica del capitalismo, ser capaces de autodeterminar la forma en que viven, ser capaces de decidir y ponerse a sí mismos las condiciones y determinantes, normas, de su vivir, auto (uno mismo) - nomía (nomos: norma o ley) en lo relativo a los valores, la forma de gobernarse, educarse, alimentarse y curarse; de administrar, producir sus recursos y dirigir el sentido su existencia como pueblos. Y además, han mostrado en concreto la forma y el proceso en que lo han hecho, en un territorio que es la tercera parte del territorio total del estado de Chiapas, se especula que es del tamaño de Suiza unos 40, 000 km2 aproximadamente, una pequeña sociedad que en estos tiempos de incredulidad y pesimismo es testimonio de que otro u otros mundos son posibles, un laboratorio social en el que por necesidad se experimentan con nuevas formas sociales de relacionarse, producir y vivir desde hace ya veinte años, es decir, ya existe una generación de zapatistas que nacieron y crecieron en ese medio y son los que hoy junto a sus padres y abuelos, que hicieron y prepararon la guerra en 1994, nos interpelan, como sucedió el 21 de diciembre de 2013 cuando la mirada del mundo estaba puesta en Chiapas por las supuestas profecías apocalípticas de los antiguos mayas, y ellos, los mayas vivos y contemporáneos nuestros (tojolabales, tzotziles, tzeltalez, choles y mames), los zapatistas, después de haber estado cuatro años sin comunicación con el exterior, sin previo aviso participaron en una manifestación integrada por alrededor de 40, 000 bases de apoyo [10] , que marcharon en silencio por las cuatro cabeceras municipales ocupadas en el levantamiento de 1994 (San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas y Altamirano) emitiendo como comunicado únicamente las siguientes palabras:
¿ESCUCHARON?
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era noche.
Y noche será el día que será el día.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Estas pocas palabras significan mucho, por una parte se refieren a la mitología maya que de manera tan bizarra fue interpretada en el mundo occidental como el espectáculo de un Apocalipsis a vender a través de películas, tours, libros y series de televisión, pero que en realidad se refiere a los ciclos calendáricos mayas, la fecha del 21 de diciembre del 2013 indica sí el final de un ciclo de 394 años, Bak´tun, pero también el inicio de una nueva era como el resto de calendarios sagrados prehispánicos (el calendario sagrado mexica indica el nacimiento de un nuevo sol en una fecha aproximada a esta). Por otra parte, anuncian una nueva etapa en el movimiento zapatista, un nuevo inicio semejante en sus signos al del levantamiento de 1994. Y sí, también señalan la decadencia irrefutable del mundo capitalista actual, y sobre todo de México, que se está derrumbando en todas las dimensiones de la vida nacional como habían pronosticado los zapatistas desde su levantamiento armado.
De tal manera, que la lucidez y la fuerza fuera de lo común son dos características fundamentales del zapatismo, dos características raras cada una y que juntas se convierten de plano en una extravagancia o en anormalidad en un mundo y un tiempo en el que lo normal es que nadie sepa, quiera o pueda entender qué es lo que pasa a su alrededor, y menos aún, que sea capaz de cambiar aunque sea un poco las circunstancias que le son impuestas. Esta diferencia puede ser producto de una causa también más que rara, extravagante, una condición incluso “extraterrestre” si los marcianos y las máquinas del tiempo existieran, y es que los zapatistas no son de este tiempo, y por ello, tampoco de este mundo, no solamente porque este mundo y este tiempo los rechazan absolutamente, sino también porque ellos mismos viven en otro mundo incluso antes de haber construido la autonomía en sus municipios autónomos, y después todavía más. Expliquémonos:
Por paradójico que resulte esa condición desfasada del presente, inactualidad, ha hecho que los zapatistas se sitúen en una condición que les permite ser más actuales que la mayoría al brindarles una perspectiva que desde la lejanía o desde el espacio de lo otro, hecho por la exclusión social más radical, les permite por una parte entender lo que sucede al no estar engañados por las ilusiones que seducen a todos, y así ver, o en los casos más terribles sentir y vivir [11] las consecuencias más graves de la realidad; y por otra parte, la memoria indígena cuenta con el testimonio de la existencia y posibilidad de otro mundo que existió antes de la invasión europea, así como con la experiencia bélica y política de múltiples revueltas armadas realizadas a lo largo de cinco siglos, aunado esto al legado de la experiencia política de organizaciones indígenas que durante tres décadas antes del surgimiento del EZLN trataron por diversos medios de resolver los problemas de las comunidades indígenas chiapanecas.
En este sentido, la capacidad para entender y la fuerza para resistir les vienen dadas a los zapatistas desde otro tiempo, desde el pasado y desde el mismísimo futuro, porque a diferencia de nosotros ellos cuentan con un pasado y un futuro fortísimos (a nosotros sólo nos han dejado el presente evanescente del consumo, un supuesto presente hedonista a base de venenos y paliativos). Los zapatistas cuentan con la memoria como un recurso del cual han hecho uso explícito desde su aparición pública e incluso en su formación, puesto que desde sus formas de organización (estructura, valores, símbolos, lenguaje, estrategias y tácticas) recurren a la herencia milenaria del mundo indígena [12] (que es muchísimo si tenemos presente que se trata de una de las culturas madre que dieron origen al hombre) que además es el recurso, no hay que mencionar que por demás efectivo, que han tenido durante quinientos años para resistir la exclusión absoluta -que nos recuerdan los pasamontañas en sus rostros- del mundo moderno.
Esta relación con el pasado y la memoria permite a los zapatistas además, poder tender hacia un futuro real, tener un sentido histórico como pueblo puesto que la comunidad que se concibe en el pasado y se vive en el presente cuenta con una o varias razones para el futuro, mientras el individuo aislado se encuentra privado de sentido del tiempo al estar atenido a las pocas fuerzas y causas que el sistema de consumo y explotación le permiten reivindicar en su vida, las pequeñas victorias y triunfos personales de las anheladas mercancías adquiridas con el sacrifico del trabajo personal, o la frustración y derrota que significa su privación.
La fuerza que les viene del futuro a los zapatistas se debe entonces, a que de alguna forma los zapatistas vienen de ese futuro, al encarnar el propio sentido de su comunidad pero también, por haber asimilado mucho de la noción de futuro social o colectivo que todavía queda en Occidente, que son las concepciones revolucionarias utópicas que no solamente han reivindicado en sus discursos los zapatistas sino con las cuales han convivido en la cotidianidad a lo largo de estos veinte años en sus territorios autónomos, en el contacto que han mantenido con multitud de grupos e individuos pertenecientes a los más diversos movimientos de resistencia y liberación a nivel mundial, que han ido a territorio autónomo a aprender y a colaborar, pero también a enseñar lo que han aprendido en su propia experiencia revolucionaria. [13]
Hoy, mediados del año 2014 el EZLN nuevamente nos vuelve a interpelar con lucidez y fuerza sobre lo que está pasando en México y en el mundo. Después de haber cambiado la orientación y dinámica de su propio movimiento, ya que ahora no se dirige a la masa de la sociedad civil como sucedió cuando el levantamiento del 94, sino a quienes como ellos, reconocen como su labor principal la búsqueda y ejercicio de la autonomía por encima y al margen del poder y del dinero, quines han descreído de la política profesional e identifican al capitalismo como el enemigo no solamente de ellos sino de la humanidad misma e incluso de la naturaleza, a ellos se dirige y convoca el movimiento zapatista en sus propuestas y proyectos, el más reciente de ellos a cambiando completamente su orientación con los acontecimientos que han sucedido a su alrededor, nos referimos a la escuelita zapatista.
La escuelita zapatista es un proyecto político al que se convocó en diciembre de 2013 después de la marcha del silencio a la cual nos referimos, y consiste en una serie de cursos realizados en los territorios autónomos durante poco más de una semana, en los cuales los estudiantes venidos de diferentes partes del mundo acompañados por un votán (zapatista que hacía las veces de guardián y maestro personal de cada estudiante), los responsables de la escuelita en cada comunidad que generalmente eran las autoridades autónomas, así como por la comunidad misma a la que llegaban los estudiantes, mostraban en qué consistía el proceso de autonomía general del movimientos zapatista, y en particular, de su región y comunidad, es decir, relataban el proceso histórico de creación de la autonomía y mostraban cómo viven en su vida cotidiana, que es la autonomía en concreto.
Se trata de una nueva fase en este proceso social vivo llamado zapatismo que no es ni movimiento social ni guerrilla latinoamericana solamente, sino un experimento permanente, en el mejor sentido de la palabra, que trata de responder a las circunstancias del vertiginoso presente con el legado cultural del pasado indígena y el futuro al que tiende, y por ello, ofrece una alternativa política real a grupos e individuos de todo el mundo. Una alternativa cuya realidad depende precisamente de esta experimentación constante que no se conforma con las formas ya dadas de los movimientos sociales y los movimientos armados que se encuentran limitados por el horizonte cultural, histórico y práctico que comparten con el tiempo y el mundo actual. [14] Con su escuelita los zapatistas dan una nueva alternativa política de participación en un proceso revolucionario, que se concentra en lo que ha resultado fundamental para ellos, el desarrollo de un proceso de autonomía que en este momento resulta ser lo más subversivo, pero sobre todo, lo más importante para este movimiento revolucionario que es el parteguas de otra forma de hacer política de izquierda.
A pesar de que las actividades que promueve el zapatismo sean pacíficas, por el grado de eficacia y su importancia el gobierno mexicano ha respondido en varias ocasiones de una forma extremadamente violenta a cada uno de los proyectos a los que ha convocado. [15] Si bien esta iniciativa de la escuelita como todas las que ha hecho el movimiento zapatista es completamente pacífica, las represalias por parte del gobierno han sido fuertes y pasaron del amedrentamiento inicial con el sobrevuelo de helicópteros militares en las comunidades donde se realizaron las asambleas generales de bienvenida en la primera vuelta de los cursos, a las acciones de grupos paramiltares que produjeron la muerte de un promotor de educación el compañero Galeano (José Luis Solís López), que fue brutal y cobardemente asesinado a golpes, garrotazos, machetazos y balazos por un grupo de integrantes de la llamada CIOC-Histórica, grupo paramiltar solapado, financiado y armado por el gobierno, como una nueva forma de provocación hacia el movimiento zapatista. Ante este lamentable hecho los zapatistas han replanteado tanto la dinámica de su proceso como la dinámica de participación a la que convocan a sus simpatizantes, invitando a una nueva relación con el zapatismo y de este con la sociedad en general:
Una práctica común de los movimientos guerrilleros es que los integrantes vivos adoptan el nombre de los combatientes muertos, esta es la razón a decir de quien se hacía llamar subcomandante Marcos del nombre con el que participó en el levantamiento de 1994. Hoy en circunstancias distintas adopta el nombre de subcomandante Galeano en homenaje al promotor de educación recientemente asesinado. Este cambio además se debe según los últimos comunicados del EZLN firmados por el subcomandante Galeano y el subcomandante Moisés, actual vocero del movimiento zapatista, a una transformación profunda del movimiento que ya no se dirige a las masas, quizá porque entienden la cerrazón de las mismas y el grado de enajenación a que han llegado, pero sobre todo, porque con la lucidez que los caracteriza entienden perfectamente que la causa de esa cerrazón y enajenación es el cambio que han tenido en los últimos veinte años los medios masivos de comunicación y que los hace incapaces de difundir aquello en lo que consiste el movimiento zapatista: la autonomía. Los medios masivos de comunicación ya no pueden mediar entre el zapatismo y la sociedad, el contenido del zapatismo es absolutamente bloqueado por los intereses que dirigen esos medios de comunicación además de que la decadencia de los contenidos de los mismos los alejan cada vez más de la realidad social concentrándolos en un pequeño círculo de contenidos autorreferenciales (la televisión y el resto de medios de comunicación cada vez más habla sólo de lo que pasa en su programación, y en lo que sucede a actores y conductores) y en la exhibición de la miseria social y la autohumillación complacientes (a este respecto sólo hace falta ver los noticieros y los programas de comedia de las dos cadenas de televisión pública del país).
En este sentido el “subcomandante Marcos” ya no es necesario, pues él era un vocero pensado para dialogar con los medios masivos de comunicación, un interlocutor capaz de hablar en el lenguaje occidental sobre el mundo indígena y su lucha, con conductores y reporteros inteligentes o que por lo menos se comportaban como si lo fueran, pero en este momento a los medios de comunicación esos temas ya no le importan, por eso el subcomandante Marcos tuvo que morir y en su lugar nació el subcomandante Galeano que en este momento de la lucha zapatista habla a los medios libres, sólo ellos como medios de comunicación pueden entrar y participar en los eventos políticos realizados en territorio autónomo, convocándolos a que se conviertan en los nuevos mediadores entre el zapatismo y la sociedad civil.
El zapatismo entiende que la lucha se tiene que llevar a cabo en este momento sobre todo en el espacio de la comunicación y la información, y que ese espacio es ocupado por los intereses del dinero y la estupidez, por eso llama a sus simpatizantes a que se conviertan, ellos a su vez, en una guerrilla informática que encuentre los canales y el leguaje para llegar con las personas adecuadas, aquellos que no entienden qué pasa a su alrededor pero les preocupa o una vez que han entendido un poco quieren hacer algo para modificar esa situación. La solución que dan los zapatistas es la autonomía, su autonomía y la de los demás, producir la propia autonomía y vincularla con otras, y para poder hacer esto el primer paso es saber que el proceso ya empezó en Chiapas desde hace veinte años, o quizá más o quizá menos, en el pasado hace 500 años o en el futuro de un mundo por venir tan posible como necesario.
Los zapatistas son un testimonio del pasado y la memoria, en la lucha entre la memoria que aspira a futuro y el olvido con vocación extranjera, [16] pero también los mensajeros de la posibilidad de futuro, hombres y mujeres de un mundo por venir.
* No sólo se autoriza la reproducción total o parcial de este texto, se solicita y se pide que se modifique adecuándolo al contexto de quien lo lee.
[1] Carlos Salinas de Gortari fue el presidente de México en el sexenio que va de 1988 a 1994, llegó al poder en uno de los procesos electorales mexicanos más polémicos y consolidó el neoliberalismo en el país haciendo posible la desarticulación de estructuras sociales producto de la revolución mexicana como son los llamados derechos sociales, un régimen jurídico –legislación agraria, laboral y educativa- creado en México y que se caracterizó por considerar por primera vez a grupos sociales en su colectividad (obreros, campesinos e indígenas) y no ya solamente al individuo, como titulares de derechos que los protegían y reconocían como sujetos sociales colectivos; así como, un régimen de propiedad que reconoció la propiedad nacional de todos los recursos naturales y que el objetivo de la economía mexicana no era el interés privado sino el bien público: elementos que constituían límites a los capitales extranjeros para evitar que se apropiaran de los recursos naturales y de la población mexicana como había sucedido desde la Colonia. Fue tan eficaz su labor que después de su sexenio en México surgió el hombre más rico del mundo Carlos Slim quien se apropió de las empresas públicas en el proceso de su privatización, la Iglesia Católica –enemigo histórico del pueblo mexicano, quien legalizó y legitimó el proceso de la Colonia- recobró tanto su personalidad jurídica como sus propiedades –su pérdida fue obra de la reforma juarizta y de la revolución mexicana respectivamente- y se abrió la economía nacional a la voracidad de las empresas estadounidenses con el Tratado de Libre Comercio. Hablamos de ilusión salinista porque la manera en que se presentó este proceso fue como la entrada de México al primer mundo, percepción que fue compartida por la población en general y desembocó en la desilusión de una de las peores crisis económicas que ha atravesado México y de la cual no ha seguido sino el desastre social que hoy se vive en todas las dimensiones del país.
[2] En la globalización la forma de participación de las masas no puede ser de otro modo, sobre todo en América Latina, una forma excluyente definida por la frustración y la simulación de participar de las bondades de lo global, ya que el hiperconsumo de una producción absurda además determinado por la concentración de la riqueza hace que las mercancías costosas y desechables -en la lógica de la hiperproducción- se ofrezcan como aparentemente accesibles a todos pero en los hechos la única relación que tienen la mayoría de los hombres con dichas mercancías es la del paleativo -consumir algo que no se quiere pero es accesible a cambio de lo que realmente se quiere pero es inaccesible- o la contemplación de sus imágenes como un sustituto contraproducente pues entre más se consumen imágenes más se desean las mercancías, lo que lleva a su vez a consumir más imágenes en un círculo vicioso donde el único resultado posible es la tensión excesiva (excitación) y la hipertrofia del deseo que provocan un desgaste del cuerpo-mente y desperdicio de energía vital que al no encausarse se introyecta e implosiona generando patologías sociales de las más diversas índoles (de la anorexia y la drogadicción a los trastornos de personalidad y los comportamientos antisociales más peligrosos). Las personas ni se hacen ricas ni consumen todo lo que se supone DEBEN consumir, sino todo lo contrario, y con ello, pierden la realidad de su presente por un futuro de la satisfacción infinitamentente aplazado en la frustración. Como señala Bolivar Echeverría en 15 Tesis de Modernidad y Capitalismo: "El consumismo de la vida moderna puede ser visto como un intento desesperado de atrapar el presente que pasa sin haber aún llegado; de compensar con una aceleración obsesiva del consumo de más y más valores de uso lo que es una imposibilidad del disfrute de uno solo de los mismos: Expropiado de su presente, el ser humano progresista tampoco puede recurrir a su pasado, carente de realidad propia éste no es más que el residuo del presente que es capaz aún de ofrecer resistencia a la succión del futuro.”
[3] A principios de los años ochenta mientras la mayoría de teóricos y analistas políticos aún estaban enfrascados en la temática de la guerra fría, el militante, filósofo y psiquiatra Félix Guattari (inspirador del pensamiento del mayo del 68 francés) crea el concepto de “Capitalismo Mundial Integrado” a partir de su experiencia en la militancia, la psiquiatría, la farmacología y la biología, para referirse por primera vez al nuevo tipo de capitalismo transnacional que estaba surgiendo, un capitalismo basado tecnológicamente en la información y comunicación instantáneas que siguen el movimiento ultarrápido del capital financiero en una red móvil mundial de comercio e información. El concepto es desarrollado en varios artículos pero principalmente en los textos incluidos en el libro Plan sobre el planeta, Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares editado en 1981.
[4] La oposición al tratado de libre comercio fue uno de los temas más abordados por los rebeldes zapatistas durante 1994 y 1995, sobre el cual dijeron: “El tratado de libre comercio, así textualmente dice nuestro pliego de demandas, es una sentencia de muerte para las comunidades indígenas, porque el criterio central de ese tratado es el de la competitividad de la fuerza de trabajo o del capital en este caso, pero qué calificación puede tener la fuerza de trabajo de un campesino indígena que no sabe ni leer ni escribir, que siembra con coa, para el que la introducción de la yunta sería un salto tecnológico de un siglo, de la yunta ..., olvídate del tractor y de todas esas cosas. Entonces cómo vamos a competir nosotros con los farmers gringos o con los peasants de Canadá, ninguna, ninguna posibilidad. Entonces lo que nosotros estamos pidiendo es que se revise el tratado de libre comercio, que es lo que pone los pelos de punta al gobierno federal: ‘cómo vamos a hacer eso, cómo va a venir a mí a decirme un indígena que ni siquiera sabe hablar español, que el proyecto de mi sexenio no lo tomó en cuenta, más que para hacerle un ataúd en el mejor de los casos o ni siquiera eso”. Entrevista al Subcomandante Marcos, documental “Chiapas, la otra guerra”, Canal 6 de Julio, A.C, México D.F, 1994.
[5] En el capitalismo de la globalización debido a la especialización de la producción y a la sobrepoblación mundial masas de seres humanos resultan prescindibles para el capital, literalmente se convierten en basura, puesto que no tienen ninguna utilidad ya que la participación de su fuerza de trabajo en la producción requiere de una capacitación que resulta demasiado costosa en función de la ganancia que eventualmente se podría obtener de ella, debido a la cantidad de seres humanos que se tendrían que capacitar. Por esta razón la fuerza de trabajo de millones de personas resulta cada vez más inútil y cuando estas personas tienen que sobrevivir de algún modo, se convierten en un peligro que hay que controlar o eliminar.
[6] Tras el levantamiento armado del 1 de enero de 1994 que duró 12 días y en el que el EZLN tomó las cabeceras municipales de San Cristóbal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo, la sociedad mexicana se manifestó abrumadoramente por el cese del conflicto armado ante lo cual el gobierno accedió a entablar un diálogo y a deponer las armas, sin embargo, en los hechos, el gobierno no sólo continuó con las hostilidades en una guerra de baja intensidad sino que con el siguiente presidente, Ernesto Zedillo, que entró en funciones el 1 de diciembre de 1994, ordenó la cobarde matanza de 45 indígenas tzotziles cuando se encontraban en la iglesia de su comunidad (18 niños, 22 mujeres y 6 varones) en lo que se conoce como la matanza de Acteal, violando así, flagrantemente dicha tregua, en busca de una respuesta militar que le permitiera justificar las hostilidades nuevamente. Aunado a esta masacre el gobierno de Zedillo continuó con la guerra de baja intensidad que provocó el desplazamiento de numerosas comunidades del los Altos de Chiapas y perpetró acciones semejantes a la de Acteal contra otros grupos indígenas en Aguas Blancas y El Charco en Guerreo, como una manera de atacar el movimiento indígena nacional solidario con el EZLN. A estas acciones junto con el hecho de que no se hizo la iniciativa de convertir en ley los Acuerdos de San Andrés se le conoce como “la traición de Zedillo”.
[7] Los Acuerdos de San Andrés son un pacto firmado entre el gobierno federal mexicano y el EZLN el 16 de febrero de 1996 en San Andrés Larráinzar Chiapas, en el cual, el gobierno se comprometió a hacer una serie de reformas jurídicas que de acuerdo al EZLN eran capaces de brindar las condiciones de una vida digna y plena a los pueblos indígenas. El contenido de estos acuerdos implica una serie de principios generales y el compromiso de crear las condiciones concretas para su aplicación, principios que establecen la importancia de la recuperación de las tierras por parte de indígenas y campesinos de acuerdo a la lucha de Emiliano Zapata, la posibilidad real de la autodeterminación de los pueblos indígenas consistente en la capacidad para auto organizarse en la vida cotidiana y gobernarse con arreglo a sus usos y costumbres, la satisfacción plena de todas sus necesidades básicas, la conservación de los recursos naturales, y el reconocimiento del valor de su diferencia cultural; mientras la Ley de Derechos y Cultura Indígena aprobada implicó solamente una serie de medidas retóricas, un reconocimiento en el discurso que carecía de todo elemento de aplicación real, sobre todo, en lo relativo a lo político y económico, que son los fundamentos de una cambio real de las condiciones de vida.
[8] Si bien el movimiento de liberación zapatista surge como un movimiento armado, desde el principio debido a los acontecimientos, la respuesta de la sociedad civil mexicana e internacional, así como por el desarrollo y uso de la tecnología –internet ha sido fundamental- se transformó en otra cosa, algo inesperado incluso para los propios zapatistas, como en reiteradas ocasiones ellos mismos lo han manifestado, en un movimiento social que ha buscado hacer más que la guerra otra política, una política eficaz en el contexto problemático del siglo XXI, que sea capaz de responder realmente a los problemas por los que surgió, y así, desde el principio, en los territorios recuperados empezó a aplicar esa nueva política, al grado de que en agosto de 2003 conforma la estructura autónoma de Los Caracoles y Las Juntas de Buen Gobierno, que desplazan al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en la administración de estos territorios para delegar el mando al gobierno tradicional de las comunidades indígenas organizadas en Caracoles (una especie de cabeceras municipales) y las Juntas de Buen Gobierno (las autoridades de cada comunidad), quedando como única función del EZLN la defensa de las comunidades.
[9] Haciendas y latifundios de facto, aunque ilegales, que eran feudos en los cuales se esclavizó a la población indígena durante siglos y que aún en la década de los noventa seguían funcionando basados en la esclavitud: compra y venta de indígenas, derecho de vida y murete del patrón sobre el indio, derecho de pernada, jornadas de trabajo y condiciones de vida inhumanas, que desembocaron en la negación de la humanidad del indígena (la disputa de De las Casas y Sepúlveda seguía siendo actual todavía en 1994, pues precisamente la inhumanidad de los indígenas o su presunta inferioridad fue lo que legitimó jurídicamente la invasión española de la Colonia a través de bulas papales que se basaron en este argumento para fundar la evangelización como una forma de humanización del indígena) que era considerado y tratado como un animal o un objeto (cuando en 1994 se establecieron las primeras mesas de negociación los representantes del gobierno dijeron que no entendían la demanda de dignidad hecha por los zapatistas, los representantes, asesores y funcionarios del gobierno no entendían a qué se referían los indígenas cuando pedían dignidad, se referían elocuentemente a recuperar su humanidad negada durante generaciones).
[10] Término con el que se denominan a los zapatistas que no son del EZLN ni ejercen ningún cargo de autoridad autónoma, es decir, indígenas que voluntariamente viven en las comunidades zapatistas, sin embargo, es importante señalar que los cargos son rotativos (así como revocables y sin sueldo), así que la mayoría de las personas si no es que todas en algún momento ejercen un cargo de autoridad.
[11] Desde sus primeras declaraciones y en diferentes documentos el EZLN a hecho hincapié en la miseria atroz que llevó al levantamiento armado a los pueblos indígenas, 15 000 muertes al año en 1994 por enfermedades curables: diarreas, enfermedades intestinales, fiebres… ante las que los indígenas en su impotencia hacían la cuenta de que costaba más caro si conseguir un medicamento o comprar un ataúd para sus familiares.
[12] Un rasgo fundamental de la cultura maya, que se ha convertido en un principio orientador del discurso y la praxis zapatistas es su carácter nosótrico, es decir, tener por centro de la articulación de la realidad, cosmovisión, a la comunidad, una comunidad que además es extensa puesto que se reconoce integrada por todos los seres: humanos, plantas, animales, objetos, estrellas… Este principio es la base y el origen de la fuerza del movimiento zapatistas, su capacidad de apertura e inclusión, que lo hace reconocer y vincularse con el resto de causas de aquellos que son oprimidos como ellos, haciendo así un gran frente común en diferentes dimensiones tanto teóricas como prácticas. Esta cuestión de la cosmovisión nosótrica compartida por todos los pueblos mayas y expresada elocuentemente en la estructura de sus lenguas, es tan importante como profunda, aquí apenas la mencionamos pero remitimos para su estudio y mejor comprensión a la obra de Carlos Lenkersdorf, filósofo y lingüista quien dedicó su vida al estudio y difusión de esta cosmovisión a través de la lengua maya tojolabal, en este sentido, es de particular importancia por su sistematicidad el libro Filosofar en clave tojolabal (Carlos Lenkersdorf. Filosofar en clave tojolabal. Miguel Ángel Porrúa. México. 2002.)
[13] ¿Qué pasa, por ejemplo, hace más de una década, cuando una niña (digamos de 4 ó 6 años), indígena y mexicana, ve que su padre, sus hermanos, sus tíos, sus primos, o sus vecinos, toman un arma, una bola de pozol y un tanto de tostadas y "se van a la guerra"? ¿Qué pasa cuando algunos no regresan?
¿Qué pasa cuando esa niña crece y, en lugar de ir por la leña, va a la escuela y aprende a leer y escribir con la historia de lucha de su gente?
¿Qué pasa cuando esa niña llega a la juventud, después de 12 años de ver, oír y hablar con mexican@s, vasc@s, norteamerican@s, italian@s, español@s, catalan@s, frances@s, holandes@s, aleman@s, suiz@s, británie@s, fínlandes@s, danes@s, suec@s, grieg@s, rus@s, japones@s, australian@s, fílipín@s, corean@s, argentín@s, chilen@s, canadiens@s, venezolan@s, colombían@s, ecuatorian@s, guatemaltec@s, portorriquefi@s, dominican@s, uruguay@s, brasileñas, cuban@s, haitian@s, nicaraguens@s, hondureñ@s, Bolivian@s, y etcéter@s, y saber de cómo son sus países, sus luchas, sus mundos?
¿Qué pasa cuando ve que esos hombres y mujeres comparten con su comunidad las carencias, los trabajos, las angustias, las alegrías.
¿Qué pasa con esa niña-luego-púber-luego-jóvena después de ver y escuchar a "las sociedades civiles", durante 12 años, trayendo no sólo proyectos, también historias y experiencias de diversas partes de México y del Mundo? ¿Qué pasa cuando ve y escucha a los obreros electricistas, trabajando con italian@s y mexican@s en la instalación de una turbina para dotar de luz a una comunidad? ¿Qué pasa cuando se encuentra con los jóvenes universitarios en plena huelga de 1999-2000? ¿Qué pasa cuando descubre que en el mundo no sólo hay hombres y mujeres, sino que la atracción y el amor tienen muchos caminos y modos? (...)¿Qué pasa cuando alguien le cuenta que en un lugar que se llama Ciudad Juárez, secuestran, violan y asesinan a jovencitas como ella y las autoridades no hacen justicia?
¿Qué pasa cuando escucha a sus hermanos y hermanas, a sus padres, a sus parientes, contar de cuando fueron a la marcha de los 1,111 en 1997, a la consulta de los 5000 en 1999, platicar de lo que vieron y escucharon, de las familias que los recibieron, de cómo es su modo de los ciudadanos, de que también luchan, de que tampoco se dejan?
¿Qué pasa cuando ve, por ejemplo, a Eduardo Galeano, Pablo González Casanova, Adolfo Gilly, Alain Touraine, Neil Harvey, con el lodo hasta las rodillas, reunidos en una champa en La Realidad, platicando del neoliberalismo? ¿Qué pasa cuando escucha a Daniel Viglietti cantar en una comunidad "A desalambrar"? ¿Qué pasa cuando ve la obra de teatro "Zorro el zapato" que los niños franceses de Tameratong presentaron en tierra zapatista? ¿Qué pasa cuando ve y escucha a José Saramago hablando, hablándole? ¿Qué pasa cuando oye a Osear Chávez cantar en tzotzil? ¿Qué pasa cuando escucha a un indígena Mapuche contar su experiencia de lucha y resistencia en un país que se llama Chile? ¿Qué pasa cuando se mete a una reunión donde uno que dice que es "piquetero" cuenta de cómo se organizan y resisten en un su país que se llama Argentina? ¿Qué pasa cuando oye a un indígena de Colombia contar que, en medio de la guerrilla, los paramilitares, los soldados y los asesores militares norteamericanos, sus compañeros tratan de construirse como indígenas que son? ¿Qué pasa cuando oye a los "ciudadanos musiqueros" tocar esa música muy otra que se llama "rock" en un campamento de desplazados? ¿Qué pasa cuando sabe que los de un equipo italiano de fútbol que se llama Internazionale de Milano apoyaron económicamente a los heridos y desplazados de Zínacantán? ¿Qué pasa cuando ve llegar a un grupo de hombres y mujeres norteamerican@s, aleman@s y británic@s con aparatos electrónicos, y los escucha contar de lo que hacen en sus países para acabar con las injusticias, mientras le enseñan a armar y a usar esos aparatos, y al rato ella ya está frente al micrófono diciendo "Escucha usted Radio Insurgente, la voz de los sin voz, transmitiendo desde las montañas del sureste mexicano, y vamos a empezar con una bonita cumbia que se llama "La Suegra ", y les avisamos a los promotores de salud que ya pasen al Caracol a recoger la vacuna" ¿Qué pasa cuando escucha en la Junta de Buen Gobierno que ese catalán vino desde muy lejos para entregar personalmente lo que un comité de solidaridad juntó como apoyo para la resistencia? ¿Qué pasa cuando ve a un norteamericano ir y venir con el café, la miel y las artesanías (y el producto de su venta), que producen las cooperativas zapatístas, cuando ve que no reclama ninguna atención especial a pesar de que lleva años haciendo eso sin que nadie, mas que nosotros, le lleve la cuenta? ¿Qué pasa cuando ve a l@s grieg@s traer el dinero para los materiales de la escuela y pues que se ponen a trabajar junto con los indígenas zapatistas en la construcción? ¿Qué pasa cuando ve a una frentista llegar al caracol y entregar un camión lleno de medicinas, aparatos médicos, camas de hospital y hasta uniformes y zapatos para l@s promotor@s de salud, mientras otros jóvenes del fzln se distribuyen para ayudar en las clínicas comunitarias? ¿Qué pasa cuando ve que los de "una escuela para Chiapas" llegan, se van y dejan, en efecto, una escuela, un camión escolar, lapiceros, cuadernos, pizarrones? ¿Qué pasa cuando ve que, a la escuela de idiomas que hay en Oventik (y que, en condiciones heroicas mantiene funcionando un compañero "ciudadano"), llegan hindúes, coreanos, japoneses, australianos, eslovenos, iraníes? ¿Qué pasa cuando mira que llega una persona a entregar con la Comisión de Vigilancia un libro con la traducción en árabe o en japonés o en kurdo, de los comunicados del EZLN y las regalías de su venta?
¿Qué pasa cuando, por ejemplo, una niña crece y llega a la juventud en la resistencia zapatísta, durante 12 años en las montañas del Sureste mexicano?
Les pregunto porque, por ejemplo, aquí, haciendo la posta de alerta roja en el Cuartel General del EZLN, hay dos ínsurgentas. Las dos son, como dicen los compas, "cien por ciento indígenas y cien por ciento mexicanas". Una tiene ahora 18 años y la otra 16. O sea que en 1994 tenían 6 años la una y 4 la otra. Como ellas hay decenas en nuestras posiciones de montaña, centenas en las milicias, miles en los cargos organizativos y de comunidad, decenas de miles en los pueblos zapatístas. El mando inmediato de las dos que hacen la posta es un teniente insurgente, indígena, de 22 años, o sea que tenía 10 años en 1994. La posición está bajo el mando de un capitán insurgente, también indígena, al que, como debe de ser, le gusta mucho la literatura, y tiene 24 años, es decir, 12 años cuando inició el alzamiento. Y en todas partes de estas tierras hay hombres y mujeres que pasaron de la niñez a la juventud y de la juventud a la madurez, en la resistencia zapatísta. Subcomandante Marcos. UN PINGÜINO EN LA SELVA LACANDONA (II). Julio de 2005.
[14] Como han demostrado los hechos históricos y la dinámica del presente, las armas no son un camino eficaz para transformar la sociedad y menos aún en un contexto como el actual en el que tanto el armamento de los ejércitos nacionales como la inteligencia y el control informático nulifican el poder bélico de un grupo disidente; y los movimientos sociales ajustados a las estructuras políticas tradicionales son completamente vulnerables de ser aplastados o absorbidos por la estructura social capitalista.
[15] Uno de los momentos más graves en este sentido se vivió en el año 2006, después del lanzamiento de La Otra Campaña que es un proyecto que originalmente buscaba generar una política de izquierda al margen de las elecciones presidenciales y de los partidos políticos, capaz de llamar a un nuevo constituyente (proceso de creación de una nueva constitución mexicana) tras vincular a todos los grupos interesados en el territorio nacional con una visita de la comisión sexta (subcomandante Marcos llamado entonces “delegado cero”) que dialogaría y recogería las propuestas de cada grupo; comprendería una Asamblea Nacional en el DF una vez finalizado el recorrido, para acordar un plan nacional de lucha; y posteriormente, enviaría zapatistas a las diferentes partes del territorio nacional para coordinar la implementación de dicho plan. El gobierno federal de Felipe Calderón junto con el gobierno del Estado de México de Enrique Peña Nieto detuvieron el recorrido y el proceso de La Otra Campaña, con los brutales sucesos del poblado de Atenco los días 3 y 4 de mayo, en los que con el pretexto de la represión al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (organización creada contra la destrucción de cuatro pueblos por la construcción de un aeropuerto, que como adherente de La Otra Campaña acababa de ser visitado por la comisión sexta), reprimieron brutalmente a cientos de adherentes de La Otra Campaña, ya que tras la represión al FPDT, acudieron a una especie de trampa en un intento por apoyar, una emboscada hecha por 3500 miembros de la PFP (policía integrada subceptriciamente por miembros del ejército) en una guerra en la que además de golpearlos brutalmente y violar sexualmente a decenas de mujeres y un número indeterminado de varones, asesinaron a dos jóvenes llamados Alexis Benhumea y Javier Cortés, detuvieron aproximadamente a 250 personas de las cuales por lo menos cincuenta fueron sometidos a procesos por delitos graves (algunos de ellos, los dirigentes del FPDT recluidos en penales de máxima seguridad con acusaciones que buscaban condenarlos a más de cien años de cárcel), en una serie de acciones que observadores de derechos humanos e investigadores calificaron como propias de dictaduras o estrategias contrainsurgentes que buscan, como lo consiguieron, generar terror en un sector de la población para inmovilizarlo. Para más información de lo que fue y qué pasó en La Otra Campaña ver el documental Viva México https://www.youtube.com/watch?v=jm5d9LXwpzU
[16] Subcomandante Marcos, Primera Convención Nacional Democrática. Documental Viaje al centro de la selva. https://www.youtube.com/watch?v=rc2W4_NArWk#t=5222
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