“Y volví la espalda
a los poderosos cuando vi que lo
que llamaban poder consistía en regatear y
chalanear
por el poder con la chusma. Me he tenido que tapar los
oídos e irme a
vivir entre pueblos con idiomas distintos al
mío para no oírlos ni entenderles
cuando se pusieran a
chalanear y regatear por el poder."
Nietzsche. Así habló Zaratustra
A partir de elementos
interpretativos: textos, claves y perspectivas, queda claro que por voluntad de poder, Nietzsche no se
está refiriendo al dominio-sometimiento de los otros como finalidad de la
voluntad, sino de un autodominio, de la conquista de uno mismo que era el
objeto principal de la sabiduría antigua y con Nietzsche se convierte
nuevamente en la finalidad más importante de la filosofía, acceder a una
“voluntad libre”, a una voluntad de poder afirmativa de la vida. Interpretación
que es posible hacer legítimamente desde las claves de la multiplicidad de las
fuerzas, su interioridad y el título del apartado donde se menciona por primera
vez el concepto. La superación de uno
mismo, se refiere a un proceso fundamentalmente interno y personal, pues si
se es señor se es señor de uno mismo,
superando la servidumbre impuesta por los otros y concretada en la asimilación
de sus valores; y si se es siervo, se es siervo de otro y de los valores
impuestos por otro. De tal manera, la cuestión del poder se refiere sobre todo
a la cuestión de una autarquía resultante de una autonomía o de una servidumbre basada en la heteronomía, de tal
modo se puede mandar, someter o dominar a otro sin dejar de ser esclavo de los
valores establecidos, la única diferencia es la de ser un esclavo vencedor o un
esclavo vencido:
Nuestros señores son esclavos que
triunfan en un devenir-esclavo universal: el hombre europeo, el hombre domesticado,
el bufón… Nietzsche describe los Estados modernos como hormigueros, en los que
los jefes y los poderosos vencen por su bajeza, por el contagio de esa bajeza y
esa bufonería. Cualquiera que sea la complejidad de Nietzsche, el lector
adivina fácilmente en qué categoría (es decir, en qué tipo) habría colocado
Nietzsche a la raza de los<<señores>> concebida por los nazis.
Cuando el nihilismo triunfa, entonces y sólo entonces la voluntad de poder deja
de querer decir <<crear>> y
significa: querer el poder, desear dominar (por tanto, atribuirse o hacerse
atribuir los valores establecidos, dinero, honores, poder…) Ahora bien, esa
voluntad de poder es precisamente la del esclavo, es la manera como el esclavo
o el impotente concibe el poder, la idea que tiene de él, y que aplica cuando triunfa…[1]
Mientras la auténtica libertad y poder se definen
por la capacidad de valorar desde la afirmación de la vida, siendo ella misma
superación constante de sí misma (creación, cambio y devenir), con lo cual, el
hombre de la voluntad de poder es aquel que encarna las fuerzas creativas y
“dominadoras”[2] de la vida. Por ello,
Deleuze enfatizará a lo largo de su obra que con la voluntad de poder no se
busca el poder ni el dominio del otro,[3]
sino, la conquista del inconciente, y con ello, de la afectividad y las propias
capacidades físicas e intelectuales. Si fuera de otro modo, el aparatado donde
menciona Nietzsche por primera vez la voluntad de poder se titularía “Sobre el dominio de los otros”, “La voluntad de dominar” o algún otro
título relativo a la relación política con la otredad, mientras que el título
asignado, La superación de uno mismo, implica la dimensión política, sobre
todo, en relación con uno mismo y la ética, los valores que uno mismo se impone
para la autosuperción de sí mismo y el dominio de las propias fuerzas
reactivas.