Por su parte, el hombre, que es otro tipo de animal, llega a ser violento de una manera tan absurda como frecuente, y no es absurda en términos morales o lógicos, es absurda porque es inútil, porque su violencia no le ayuda a vivir o ser mejor, al contrario, se convierte en la causa de su sufrimiento o destrucción, que pasa por deshumanizarlo, e incluso, por hacerlo perder las cualidades de los animales. El hombre es violento no para resolver problemas sino para evitar solucionarlos ocultándolos o destruyendo a quien da testimonio de ellos, por eso es un recurso de quien en su impotencia no pueden resolver sus problemas. Los hombres violentos no son como animales sino como bestias, son brutales, utilizan la potencia de sus capacidades no para resolver sus problemas sino para destruirse a sí mismos y a sus semejantes, algo que ningún ser vivo hace.
Los atentados vividos en Paris la noche del 13 de noviembre son expresiones de la brutalidad de los seres humanos de este tiempo, pero no sólo de un lado, tanto los musulmanes fundamentalistas como los occidentales patriotas y democráticos son expresiones de la barbarie de este tiempo, la brutalidad de los hombres que buscan imponer en el mundo un orden en que todo les pertenezca a unos cuantos, las sociedades capitalistas desarrolladas, aunque esos pocos no lo puedan usar o sólo lo desperdicien mientras el resto de sus semejantes mueren por no tener lo necesario (otra forma de violencia); y la brutalidad de quienes oficialmente desahogan su resentimiento y odio acumulado durante siglos frente a quienes se supone que los ha sometido y usado, pero en los hechos colaboran para que sus enemigos sigan teniendo justificaciones morales y políticas para seguir haciendo daño a los pueblos que ellos dicen vengar.
Esta guerra como otras, como la mayoría, como todas, no tiene causas justas ni santas, es una guerra para justificar el robo, para volver a "ordenar" el mundo que durante las últimas tres décadas empezó a perder el orden producto de la Segunda Guerra Mundial, porque USA quien salió victorioso de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría, ha perdido paulatinamente la hegemonía de la economía, la industria y la tecnología...