“¡La cizaña pretende hacerse pasar por trigo!
Mis enemigos se han vuelto
poderosos
y
han desfigurado la imagen de mi doctrina,
hasta el punto que aquellos a quienes quiero
más se han llegado a avergonzar de lo que
les
di…” Nietzshce. Zaratustra
En
este apartado desarrollaremos históricamente la forma problemática en que se
conformó el canon de interpretación de la obra de Nietzsche que predominó hasta
la década de los sesentas, a partir de la lectura, primero conservadora y
después fascista, desarrollada en Alemania fundamentalmente en la década de los
años treinta. A través de una exposición elemental del proceso de conformación
de dicho canon y su uso político, en el itinerario de la recepción germana del
pensamiento nietzscheano.
La
influencia de la tradición del pensamiento alemán en Nietzsche se deja ver
básicamente en la primera etapa de su pensamiento que va de 1869 a 1876, en la
cual, recuperando ciertos elementos, sobre todo, del romanticismo alemán va
conformando su postura inicial como formador y educador de una nueva cultura
alemana, haciendo propia en gran medida la causa nacional-germana, a través del
grupúsculo de Richard Wagner. Esto resulta evidente, en elementos como el
intenso interés por la Antigüedad clásica, sobre todo por los griegos, el
pensamiento mítico y presocrático que trata de recuperar en la conformación del
nuevo espíritu alemán; un esteticismo exacerbado que da un lugar privilegiado
al arte -como la alternativa o como el complemento de la metafísica- y al artista
-como “genio”-; una especie de culto a la naturaleza como expresión del
espíritu; y una oposición al simplismo del racionalismo moderno, más que en los
términos de un irracionalismo de un anti-racionalismo que reivindica otras
formas de conocimiento como la intuición, la estética o el misticismo (Novalis,
Hölderling, Schelling, Bachofen).
En esta fuente del pensamiento nietzscheano se hace presente de manera notable la influencia de Spinoza, ya que sus ideas abastecen conceptualmente al pensamiento primero romántico y después ilustrado del idealismo alemán, y dan la pauta de orientación a una parte fundamental de los debates entre sus integrantes. Todo esto tiene lugar con la aparición abierta del pensamiento de Spinoza en la filosofía, que tiene lugar en la Alemania del siglo XVIII con la disputa en torno al panteísmo (Streit der Panteismus) y da lugar a lo que se conoce como la primera Spinoza-Renaissance,[1] un episodio fundamental del pensamiento alemán, en el cual, reaparece en la escena del pensamiento filosófico la figura del supuestamente olvidado “perro muerto”, Baruch de Spinoza, al discutirse la preeminencia de Spinoza en la filosofía paralelamente a la integración sistemática al pensamiento alemán de muchas de sus ideas.