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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



lunes, 20 de julio de 2015

LAS BASES MAYAS DEL ZAPATISMO


     Los mayas tienen otro principio cultural distinto al occidental, mientras Occidente tiene como principio al "YO", desde la antigüedad y como estructura básica metafísica, epistemológica y psicológica que se concreta en el sujeto cartesiano, el ego psicoanalítico con sus tres dimensiones (ego, ello y superyo), el propietario burgués o el consumidor posmoderno; los mayas tienen como principio el NOSOTROS. Lo cual, convierte a los mayas actuales en un pueblo dislocado respecto a la cultura de la modernidad capitalista, y al movimiento que nutren, el zapatismo, en inactual, respecto al presente y por su propuesta radicalmente alternativa de futuro.

     Carlos Lenkersdorf filósofo y lingüista que tuvo relación 30 años con comunidades tojolabales con las cuales experimentó un proceso de inclulturación explica este principio "nosótrico" en función de dos elementos básicos que se ramifican en todos los aspectos de la cultura tojolabal:

1) TIK.  En todas las lenguas mayas la palabra clave de la estructura gramatical es el fonema "TIK" que estructuralmente se presenta como un sufijo y funciona como una especie de desinencia en todas las expresiones mayas, y significa NOSOTROS, es decir, toda expresión lingüística y pensamiento se refiere al NOSOTROS, a la comunidad. Lo cual, determina todos los aspectos de la vida social y cultural produciendo relaciones y conductas sociales definidas por la importancia del colectivo, de manera explícita y consciente. De hecho, al escuchar cualquier frase maya siempre se escucha el fonema "tik", que está conjugando un verbo o indicando la pertenencia de algo a la comunidad. Como intuyó el lingüista Carlos Lenkersdorf desde su primer acercamiento con las lenguas mayas en 1972, al presenciar una asamblea de mayas-tzeltales y describir lo que escuchó de la siguiente manera:




Dicho de otro modo, el tik... tik... tik nos daba la impresión de representar el centro alrededor del cual se desarrollaba el intercambio de ideas, las proposiciones de los participantes. No parecía ser el tema de la asamblea, porque, para serlo, la repetición de la palabra resultaba exagerada. En aquel entonces no encontramos respuesta a nuestra pregunta por el significado del tik-tik-tik. En fecha muy posterior, pensamos que, en este -tik repetido, el lenguaje tiene un fundamento alrededor del cual los hablantes, mujeres y hombres, están tejiendo sus ideas y aportes. Aquel día, en cambio, sólo nos preguntábamos sobre cuál podría ser el significado de la palabra. Nada parecido habíamos observado en otros idiomas…[1]


     Tras décadas de investigación y un proceso de inculturación de veinte años viviendo en una comunidad tojolabal, Lenkersdorf entendió el significado de esa palabra clave en los siguientes términos:

El mismo NOSOTROS representa un conjunto que integra en un todo orgánico a un gran número de componentes o miembros. Cada uno habla en nombre del NOSOTROS sin perder su individualidad, pero, a la par, cada uno se ha transformado en una voz nosótrica. Es decir, el NOSOTROS habla por la boca de cada uno de sus miembros. Es esta "NOSOTRlFICACIÓN" de los hablantes, la que representa, por un lado, un reto metodológico para los investigadores lingüistas y otros, y, por otro, presenta un camino desconocido para la investigación socio-científica y filosófica…[1]

Y páginas más adelante continúa explicando:

Al parecer, la individualidad se sabe incorporada en el todo NOSÓTRICO que, por consiguiente, no es la suma de tantas individualidades o partes, sino que representa una entidad cualitativamente distinta. Es una sola cosa, un todo, en el cual todos los constituyentes forman una unidad organísmica. De este modo no se niega la individualidad de ninguno de los constituyentes. Cada uno es necesario organísmicamente. La pertenencia al todo organísmico conforma el pensamiento y el actuar de cada individuo. Por ello, cada uno habla en el nombre del NOSOTROS y no de sí mismo (…) Hay una inclinación o disposición, que orienta a cada uno hacia el NOSOTROS, y es el fortalecimiento del organismo. El interés en sí mismo como individuo no se manifiesta ni busca afirmarse porque cada individuo es lo que es en cuanto miembro orgánico. La separación del todo, en cambio, hace al individuo marchitarse y perderse…[2]

2) INTERSUBJETIVIDAD. Las lenguas mayas tienen una característica gramatical sólo compartida entre las lenguas indoeuropeas por el vasco, es una lengua ergativa, lo que significa que  no cuenta con objetos gramaticales, todos los sustantivos son sujetos de enunciación, es decir, no hay objetos exclusivamente pasivos en los que recaiga la acción de sujetos que tienen la exclusividad de la acción, sino que, TODO Y TODOS SOMOS SUJETOS DE ENUNCIACIÓN Y ACCIÓN, que interactúan entre sí. De tal manera que todos los sustantivos son sujetos con los que interactuamos y con los que hacemos comunidad: seres humanos, animales, plantas, utensilios, elementos naturales, planetas, estrellas...

     Por el contrario, en Occidente existe un predomino individualista del yo desde la antigüedad que en la modernidad se exacerba convirtiéndose en una objetivación-enajenación de la totalidad del mundo, en la que todo y todos se convierten primero en objetos útiles y después en mercancías comercializables o consumibles por el “yo”. En la que incluso los otros hombres se convierten en objetos y mercancías como se evidencia culturalmente en la estructura gramatical del objeto indirecto, en la que no importa "el otro" sino como receptor o paciente de mi acción, así por ejemplo:

     Es posible decir correctamente en una lengua occidental, como el español, que “yo te hablo a ti”, y en mi expresión lo único que importa y que estoy diciendo es que el sujeto "YO” le habla al sujeto “tú”, no importa si el segundo sujeto entiende, está escuchando o incluso si es sordo, ya que “tú” se convierte exclusivamente en objeto de la acción de “Yo”. Contrariamente a esto, en maya-tojolabal hablando correctamente yo tendría que decir simultáneamente que "yo te hablo y tú me escuchas”, reconociendo así el carácter activo del sujeto al que se refiere el artículo “tú”.

     Incluso, por la forma de los verbos en tojolabal, que distingue básicamente dos tipos de sujetos activos uno “agencial” y otro “vivencial”, los utensilios domésticos, una planta, una animal o la tierra tienen la experiencia, "vivencia", de interactuar con el hombre en formas verbales que simultáneamente expresan la acción de ambos sujetos interactuantes.

     Y si todo puede interactuar en el NOSOTROS que somos es porque todo tiene 'atzil, corazón o principio vital.

En tojolabal, esta idea se expresa de una manera sencilla y directa: todo tiene corazón o no hay nada que no lo tenga. La palabra corazón corresponde a 'altzil, que podemos traducir también con los conceptos alma o principio de vida. La afirmación de que todo está dotado de corazón tiene repercusiones profundas. Estamos rodeados de “hermanos vivientes" y ubicados en un todo organísmico vivo. Es decir, hay un sinnúmero de seres vivientes, de especies, y nos encontramos en medio de ellas, siendo una especie entre muchas. Por lo tanto, no somos tan únicos como nos imaginamos y como las tradiciones judío-cristiana y griega nos quieren hacer creer. Ni la razón ni el hecho de ser criaturas nos separan del resto de la realidad cósmica. No somos señores del resto del mundo, sino que nos toca respetar el organismo cósmico al cual pertenecemos, respetar a todos y cada uno de sus miembros. [3]

En  estos términos, existe realmente una sociedad que es una comunidad de sujetos que va más allá de los seres humanos y que define todos los aspectos de la vida social por una relación de respeto, interacción y colaboración en LO COMÚN, que políticamente es una democracia directa no impuesta ni simulada sino producto la cultura misma de quienes la constituyen.

En última instancia, el poder repartido nosótricamente pone en práctica un tipo de democracia participativa, cuyas raíces no son hallables en la Grecia antigua ni en la democracia electorista, capitalista y occidental. Es una forma de democracia vivida, no utópica, que encontramos en nuestros días entre los pueblos mayas de Chiapas y en Quintana Roo…[4]

En el contexto destructivo del individualismo cultural y la economía capitalista, el nosotros se convierte en una reivindicación tan necesaria como crítica o alternativa, para hacer frente a la dinámica destructiva del régimen político y económico del capitalismo global, ya que uno de los pilares más importantes del capitalismo es la ilusión del individualismo, que consiste en pensar y actuar en términos del yo, negando así la realidad que siempre es social y debilitando al ser humano que siempre depende y se define dentro de colectividades.

En un territorio del tamaño de Suiza, aproximadamente 42 000 km2, los mayas contemporáneos que son los zapatistas están llevando a cabo la experiencia política de una sociedad producida y ordenada en función de lo nosótrico, una sociedad que basada en la autonomía respecto del gobierno mexicano y de la economía de mercado en todos los órdenes (alimentación, educación, salud, política, gobierno, administración), desde 1994, año de su levantamiento armado, está demostrando que otro mundo radicalmente diferente aún es posible; y que en función de lo común, están planteando además la posibilidad de recuperar el mundo y la realidad negados sistemáticamente por el orden político y económico del capitalismo.

     En las comunidades zapatistas se vive la autonomía respecto del gobierno mexicano y la dinámica económica capitalista al vivir en función de lo común, que es lo nosótrico, en organizaciones en las cuales el gobierno, que es una democracia directa realmente existente, es denominado "Buen Gobierno", porque está hecho para obedecer no para mandar, para servir y no para servirse, representar no suplantar, para bajar no para subir, para unir no para dividir, para defender no para vender, para revelar no para ocultar, para entregar la vida y no quitarla.





[1] Carlos Lenkersdorf. Filosofar en clave tojolabal. MIGUEL ÁNGEL PORRÚA, librero-editor. México. 2002. p. 25. Es posible acceder a la versión electrónica en la siguiente página: http://www.olimon.org/uan/lenkensdorf.pdf
[1] Ibídp. 29.
[2] Ibíd. p. 32.
[3] “.” Ibíd. pp. 144 y 145.
[4] Ibíd. pp. 84.

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