La historia del Comandante X, Christopher Mark Doyon, documentada en el estupendo documental ¿Quién está detrás de la red “hactivista” Anonymus? producido por la televisora pública TVO, sintetiza de manera magistral y estética, la guerra cultural y social que se ha producido en el espacio internet los últimos veinte años.
Una guerra en la que una propuesta de espacio virtual liberadora, comunitaria y experimentalmente innovadora que era el internet en sus inicios, en la década de los noventas, ha sido temporalmente desplazada, e incluso ilegalizada, por la versión de un espacio intolerante, represivo e individualista basado en el comercio, pues, internet los últimos años ha pasado de ser la experiencia tecnológica y social más estimulante de la época de transición entre el siglo XX y XXI, a convertirse en la réplica aburrida y grotesca de un centro comercial o un supermercado con todas las formas de la vulgaridad y la ignorancia propias de la publicidad. Pues, todas las expectativas revolucionarias social, política y culturalmente que los primeros usuarios de internet soñaron como un espacio virtual y alternativo han sido desplazadas por la alienación social que promovían los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. Por lo que, internet ha dejado de ser el espacio virtual de la liberación de la creatividad juvenil para convertirse en la réplica del mundo aburrido y sin gracia de los negocios de ancianos codiciosos.
Esta transformación es retratada en el documental a través de la aventura quijotesca de la vida de Christopher Mark Doyon, el Comandante X. Una especie de outsider norteamericano, quien cuenta en primera persona, a través de una entrevista que transcurre a lo largo del documental, que después de una infancia difícil encuentra refugio en las computadoras, cuando fue llevado por primera vez frente a una y relata haber sentido la sensación de ser un niño en una dulcería, sensación que no lo dejaría en toda su vida pues con casi sesenta años seguía sintiendo lo mismo al tener en sus manos una computadora. Cuenta, que su acercamiento al activismo lo tiene en la década de los setentas en el movimiento anti apartheid, cuando al pasar junto a una manifestación se hace amigo de los manifestantes incorporándose inmediatamente en el movimiento.