Esta segunda tesis es un pequeño sistema solar que gira en torno al concepto de redención de la vida, un pequeño microcosmos cuyo sol es la fuerza mesiánica que hace girar en torno suyo el resto de elementos-planetas. Un grabado o estampa, tan sintética como eficaz, con la que Benjamin contrasta la idea de felicidad que entraña el historicismo convencional, y con él la "idiosincrasia" generalizada en el occidente moderno y capitalista, frente a una idea de la felicidad propia de una manera completamente diferente, materialista, de entender la historia y la vida humana.
A diferencia del psicólogo y primer fisiólogo Hermann Lotze (1817-1881) quien pensaba que lo característico-esencial del hombre es su individualismo, y con ello, solamente su interés en sí mismo y su confinación absoluta al tiempo del presente que únicamente puede desembocar en una felicidad de lo actual individual, afirmativa del orden positivo de lo que es; Benjamin piensa en los mismo conceptos (felicidad, hombre, tiempo) desde coordenadas completamente opuestas, pues para él sí hay una felicidad que puede despertar y existir en función de la envidia de otro tiempo, una felicidad que es producto de la íntima unidad y colectividad que existe entre los hombres, pues ahí donde Lotze sólo ve al individuo egoísta del presente, Benjamin ve siempre al integrante de una comunidad que es capaz de darse cuenta de esa comunidad al sentir que de algún modo comparte el mismo aire que el que otros hombres antes que él han respirado, y con ello, que en realidad, nada le pertenece exclusivamente como in-dividuo, por el contrario, lo que es y podrá ser lo comparte con los que han sido, y ellos, lo comparten con él. Así, la felicidad se cifra también en lo que pudo haber sido la felicidad para aquellos e incluso la nuestra compartiéndola con ellos, hablando con esos magníficos hombres y entregándose a nosotros esas hermosas mujeres del pasado hermanos y hermanas de nuestros prójimos (prójimo-próximo), que sin embargo, de algún modo u otro es posible realizar a través de la redención, en la cual, la felicidad de aquellos hombres y mujeres del pasado se convierte en justicia del presente que es también la felicidad y la justicia del pasado. En estos bellos términos lo expresa Benjamin.