Este año se cumple el 102º aniversario de la Revolución Mexicana lo que pocos recuerdan y muchos ni siquiera quieren que se recuerde. La palabra “revolución” empezó a dejar de utilizarse en México primero en los discursos políticos, después paulatinamente con diferentes versiones en los círculos académicos, y por último, en la cultura popular, actualmente enajenada en el mercado del entretenimiento global.
Hoy nadie habla en México de la revolución y quienes llegan a hacerlo lo hacen para hablar mal de ella, como si se tratara de un momento caótico del pasado insignificante en la cultura “democrática” actual, democracia que consiste formalmente en el fraude electoral y de hecho, en la igualdad de la miseria, la ignorancia, la impotencia y la inseguridad de todos frente a una dictadura que defiende los intereses de los mismos grupos contra los que se hizo la Revolución Mexicana hace cien años (los capitales extranjeros, la iglesia y las élites conservadoras nacionales que enarbolan las causas de la blanquitud, el catolicismo y el eurocentrismo, que paradójica o irónicamente vuelven a tener el mismo poder que hace cien años).
En realidad, la Revolución Mexicana está muerta en la vida política del país y lo único que se hace es gestionar su entierro oficial. Fue asesinada por las fuerzas que hoy están en el poder, cada uno de los partidos políticos que tras el espectáculo de la alternancia han llevado a cabo las reformas legislativas (más de 400) que atentaron contra las conquistas y resultados de la Revolución Mexicana. Y las reformas de los remanentes jurídicos que aún quedan (la legislación laboral, la seguridad social y el régimen de explotación de los recursos naturales) fueron compromisos de campaña manifestados por Enrique Peña Nieto, el candidato impuesto a través de la corrupción y el fraude electorales de las elecciones presidenciales de este año.
La Revolución Mexicana fue uno de los acontecimientos emancipatorios más importantes de la historia moderna ya que, por una parte, reivindicaba causas tan singulares como genuinas; y por otra, tuvo como resultado una constitución política pionera a nivel mundial en el ámbito de las conquistas sociales...