Existe un derecho a la revolución que va más allá de la resistencia, la rebeldía o la desobediencia civil y se menciona desde el Ius naturalismo de Tomas de Aquino. Es el derecho que tienen todos los pueblos a sustituir, modificar o eliminar los gobiernos. Derecho relativo a la soberanía popular, puesto que si el poder tiene su origen y sostén en el Pueblo, si el Pueblo es el originariamente soberano y el gobierno, sus funcionarios e instituciones solamente son sus representantes, siempre y en todo momento, el Pueblo tiene el derecho de ejercer esta calidad en su provecho y defensa. La soberanía es popular y el Pueblo nunca deja de tener la calidad de ser potencialmente revolucionario.
Como la creación es constante en la naturaleza, así, la constitución social ha de poder y debe ser también constante. Así también, la vitalidad es constante en la existencia del hombre.
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