“El universo es infinito en el tiempo y en el espacio, eterno, sin límites e indivisible. Todos los cuerpos, animados e inanimados, sólidos, líquidos y gaseosos, están conectados el uno con el otro por las mismas cosas que los separan. Todo está conectado. Con la excepción de los astros, que permanecen en el espacio, absolutamente vacío sin duda, y sin embargo, con las tres dimensiones, altura, anchura y profundidad, espacio indivisible e ilimitado.”
Blanqui
Louis-Auguste Blanqui es un importante revolucionario y teórico poco reconocido, y sin embargo, fundamental, por haber lidereado el movimiento radical de la Comuna y definido en gran medida lo que habrían de ser los movimientos sociales del siglo XX, particularmente el movimiento político estudiatil que empezaría con él y llegaría hasta el 68 en todo el mundo (antes de él el movimiento estudiantil se reducía en su acción exclusivamente al espacio académico). En gran medida este desconocimiento es debido a la crítica hecha contra él desde el llamado marxismo científico que consideró inapropiadas y utópicas las posiciones tan radicales de Blanqui en la Comuna, que llevaron según estos a la derrota del movimiento
Existe un opúsculo, que Blanqui escribe en una de sus estancias en la cárcel, La eternidad a través de los astros, en el cual deja ver una concepción sobre el infinito que parece haber animado en el fondo su espíritu inquebrantable y rebelde, aun en la soledad y el encierro de la prisión y bajo condenas de muerte impuestas en varias ocasiones. Una concepción del infinito que parte de la consideración de las estrellas y el espacio infinitos, sumamente cercana al Dios infinito de Spinoza -y habría que señalar también que muy próxima a la concepción de Dios dada por Maimónides en la Guía de los perplejos-, y como aquel, Blanqui parece sacar de esa concepción una potencia infinita y una voluntad inquebrantable frente a todas las adversidades; potencia y voluntad que se dirijen, en el límite, hacia un cambio social radical...
A continuación transcribimos el primer apartado de dicho opúsculo:
LA ETERNIDAD A TRAVÉS DE LOS ASTROS
I. El universo-El infinito
El universo es infinito en el tiempo y en el espacio, eterno, sin límites e indivisible. Todos los cuerpos, animados e inanimados, sólidos, líquidos y gaseosos, están conectados el uno con el otro por las mismas cosas que los separan. Todo está conectado. Con la excepción de los astros, que permanecen en el espacio, absolutamente vacío sin duda, y sin embargo, con las tres dimensiones, altura, anchura y profundidad, espacio indivisible e ilimitado.
Pascal ha dicho con la magnificencia de su lengua “El universo es un círculo, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.” ¿Que imagen más atractiva del infinito? Se ha dicho después de él, y aún precisamente: El universo es una esfera cuyo centro está en todas partes y la superficie en ninguna.
Aquí tenemos ante nosotros, ofreciéndose a la observación y al razonamiento. Los innumerables astros brillando en sus profundidades. Supongamos que estamos en uno de estos "centros de esfera", que están en todas partes, y cuya superficie está en ninguna, y admitamos un instante la existencia de esta superficie, que se convierte en los límites del mundo.
¿Este límite será sólido, líquido o gaseoso? Cualquiera que sea su naturaleza, inmediatamente se convierte en una extensión de lo que limita o pretende limitar. Consideremos que no existe sobre este punto ni sólido, ni líquido, ni gas, ni el éter mismo. Nada más que espacio, vacío y oscuro. Este espacio no tiene menos de tres dimensiones, y él tendrá necesariamente por límite, lo que quiere decir por continuación, una nueva porción de espacio de la misma naturaleza, y luego otro, luego otro aún, y así sucesivamente, de manera indefinida.
El infinito no se puede presentar a nosotros más que bajo el aspecto de lo indefinido. El uno lleva al otro por la evidente imposibilidad de encontrar o incluso de concebir una limitación al espacio. Por supuesto, el universo infinito es incomprensible, pero el universo limitado es absurdo. Esta certeza absoluta de la infinitud del mundo unido a su incomprensibilidad, es una de las más desesperantes burlas que atormentan al espíritu humano. Existen, sin duda, en alguna parte de los globos errantes, cerebros los suficientemente vigorosos para comprender el enigma impenetrable para nosotros. Por el contrario es necesario que nuestros celos estén en duelo.
Este enigma se presenta tanto en relación al infinito en el tiempo como al infinito en el espacio. La eternidad del mundo entra en la mente más vivamente aún que su inmensidad. Si no se puede consentir que los límites del universo, ¿cómo soportar el pensamiento de su no-existencia? La materia no sale de la nada.
Ni nunca volverá a ese punto. Es eterna, imperecedera. En un proceso de perpetua transformación, no puede ni disminuir ni aumentar un átomo.
Ni nunca volverá a ese punto. Es eterna, imperecedera. En un proceso de perpetua transformación, no puede ni disminuir ni aumentar un átomo.
El infinito en el tiempo, ¿por qué no sería él también extenso? Los dos infinitos son inseparables. El uno implica al otro bajo pena de contradicción y de absurdo. La ciencia no ha encontrado todavía una ley de solidaridad entre el espacio y los globos que lo surcan. El calor, el movimiento, la luz, la electricidad, son una necesidad para toda la extensión. Los hombres competentes piensan que ninguna de esas cualidades sabría permanecer indiferente de esas grandes fuentes de luz, de los mundos de vida. Nuestro folleto se basa por entero en este punto de vista, en el pueblo de infinitos globos en el espacio infinito, que no deja en ninguna parte un rincón de oscuridad, soledad ni inmovilidad.
Yo soy el fernando que cita el catedratico argentino como autor de Spinoza ateo, teista o panteista. Priemro rectificar unos mínimos errores: Yo no he enviado el trabajo a ningun sitio, lo presenté en la UNED para aprobar Hª de la Filosofía III.No obstante no me molesta que ande por internet, pero creí que no interesaría a nadie. Lo que me ha llamado la atención de su "Blanqui y Spinoza" ( yo ya conocía "la anomalía salvaje" de Negri, es el atractivo que un pensador tranquilo, racionalista, sin apenas movimiento en su vida y dedicado al estudio, tiene para pensadores/actuadores de filiación mas bien anarquista como Blanqui y Negri y seguramente otros .¿Es que la verdad es anarquica?Quizá en algun sentido la verdad , que tiene que ser unica, es solo lo que encuentra la razón humana y por tanto la verdad es una pero lo que la limitada razón humana conoce de ella, son pequeñas facetas de ella. Spinoza arrancó esquirlas de error para ir descubriendo facetas de verdad. Gracias por aguantarme. FOU
ResponderEliminarAgradezco su cometario y leere su trabajo. Sí, es un tanto paradójica y atractiva la dicotomía que hace la vida y el pensamiento de Spinoza, un pensador más bien de apariencia tranquila, algunos dirían casi un santo de la razón, en un retiro y una vida reposada, sin embargo, basta revisar con un poco de detenimeinto su vida como lo hace Deleuze y Negri para advertir más bien que ese retiro es consecuencia de la vida de un judio perseguido, y simultáneamente, de un pensador cercano a los movimientos y referentes políticos más radicales de su tiempo (los hermanso De Witt y Massanielo). Y en lo referente a su pensamiento y la anarquía, también tuve este cuestionamiento al prensetar mi trabajo de grado, es portentoso el modo en que presenta el conocimiento en su teoría de los tres tipos de conocimiento, donde lo que se conoce es el infinito, a Dios, la verdad, que por ser ilimitada nunca termina por conocerse del todo y además está en un constante cambio, estoy de acuerdo con usted, la verdad es una, sin embargo es ilimitada e infinita, y al ser nosotros parte de esa verdad podemos conocer algunas de sus "partes" o dimensiones aquellas que nos conciernen, con lo cual la verdad está más bien al alcance de todos, no es propiedad de nadie ni es patrimonio de un orden específico.
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