Sartre-Deleuze ¿Qué es la literatura y qué es la filosofía?

Existe una gran relación entre Sartre y Deleuze, una especie de filia profunda, intelectual y afectiva. Para el joven Deleuze, Sartre es un modelo y una inspiración, al que leía con vehemencia al punto de que la aparición de El Ser y nada constituye un acontecimiento en el que se precipita intensamente durante un mes, hasta que leyó y asimiló sus páginas de principio a fin. El maestro fue también un precedente intelectual que allanó el camino para el devenir que se avecinaba en la siguiente generación del pensamiento francés (Foucault, Deleuze, Derrida), fue una respuesta al anquilosado pensamiento alemán, particularmente al existencialismo negativo y "conservador" de Haidegger, haciendo actuar la positividad del pensamiento, destacando el carácter productivo incluso en la misma nada, que para Sarte implicaba la dimensión de la libertad y de la creación humana.

Deleuze recordaba con un particular afecto, una especie de amor y nostalgia, la presencia del profesor Sartre como una ráfaga de aire fresco que aliviaba de la asfixia de un profesorado sumiso a los cánones y formas de la historia de la filosofía escolar idealista, reaccionaria y conservadora. Y tengamos presente el sentido simbolismo que para Deleuze tiene el aire y el viento, ese viento con el que los comentadores se refieren a su amado Spinoza, ese viento con el que el hombre de Kieve de Malamud describe ante un juez lo que es leer a Spinoza: "es como un viento que te empuja por la espalda como si fueras en la escoba de una bruja, una vez que has empezado a leerlo no puedes parar".

Deleuze piensa en Sartre como una ráfaga de aire fresco que inspira y, a su vez, lo inspira en más de un sentido, desde el análisis existencial que aquel propone en El ser y la nada y es el antecedente filosófico del esquizoanálisis, hasta su concepción del pensamiento, la literatura y la filosofía.

Sartre como pocos filósofos antes que él, por ser también literato, se toma en serio la literatura como creación y crítica, pero sobre todo, como posición intelectual comprometida con la realidad social y política puesto que como lo manifiesta en ese portentoso texto olvidado por la reacción, la ignorancia y las modas intelectuales ¿Qué es la literatura? escribir se vincula directamente con los problemas de la realidad, interactúa productivamente con la realidad y con la sociedad, se trata del mejor y más profundo marxismo. Para Sartre un escritor crea su propio público y este público es un pueblo, el escritor imagina el proyecto de un pueblo, y así, asume su condición bastarda pues con los recursos culturales apropiados por la burguesía el escritor ha de colaborar en la revolución traicionando su propia condición social de intelectual, curioso eco de Benjamín en su concepción del autor y del arte (El autor como productor).

Deleuze se inspira en Sartre, a partir de él piensa en serio todo el tiempo la literatura como una dimensión creativa, de los afectos y perceptos de un nuevo pueblo, el escritor siente y vive para un pueblo por venir, un pueblo bastardo, mestizo, impuro en el mejor sentido del término emancipatorio y en el peor sentido del término fascista, racista y tiránico; el escritor trabaja por la salud de ese pueblo como si se tratara de la propia pues Deleuze sabe muy bien que el hombre sólo es en relación, como todo lo que existe, y el escritor ha de crear imaginando las condiciones de esas relaciones. Como testimonio de todo esto están sus textos dedicados a escritores Kafka, Proust, Melville, Lawrens, Fitzgerlad, Wolf...

Así mismo Sartre inspira en Deleuze una nueva y paradójicamente antigua forma de concebir la filosofía, una filosofía vinculada con la realidad, con una posición y una responsabilidad con la sociedad, pues una filosofía que no se convierta en una ética y una política carece de sentido, es literalmente, una estupidez y el filósofo que la haga y la piense un estúpido. Deleuze reconoce esta inspiración en el libro ¿Qué es la filosofía?, cuyo tìtulo es como un eco, un ritornello, del título del libro de Sartre. La filosofía se hace interactuando con la realidad individual y social, ahí está su sentido deleuzeano que es también una ráfaga de aire fresco.