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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



lunes, 24 de enero de 2011

El deseo de ser indio de Kafka

"Si pudiera ser un indio, ahora mismo, y sobre un caballo a todo galope, con el cuerpo inclinado y suspendido en el aire, estremeciéndome sobre el suelo oscilante, hasta dejar las espuelas, pues no tenía espuelas, hasta tirar las riendas, pues no tenía riendas, y sólo viendo ante mí un paisaje como una pradera segada, ya sin el cuello y sin la cabeza del caballo."
Kafka

De pocos escritores se habla tanto como de Kafka. El habla cotidiana de todos los medios y espacios lo ha convertido incluso en un calificativo, lo "kafkiano" . Así, desde policías hasta burócratas y conductores de televisión critican algo o a alguien calificándolo de "kafkiano". Sin embargo, la manera en que generalmente se piensa a Kafka es equivocada y sería enojosa para el propio autor, a la manera de un testimonio pasivo de la decadencia de la sociedad burocrática o como la expresión de la culpa y la soledad de un ser humano afligido y abatido por la realidad de su raza, su relación con su padre o su trabajo. Nada más lejano de lo verdaderamente kafkiano. En Kafka nunca se trata de un drama individual o familiar, siempre se trata del mundo y la invitación a hacer algo con el mundo, incluso cuando habla de su padre o recurre al absurdo de convertir a un personaje en un insecto, siempre se trata de mostrar los verdaderos problemas de la realidad, se habla del padre o se retrata absurdamente la crueldad de una familia para con uno de sus miembros para mostrar el verdadero absurdo en que se han convertido las relaciones en la sociedad.

Deleuze nos dice que de principio a fin Kafka es político y alegre, es el escritor más político por su contenido y su estilo. Sus contenidos tratan los horrores que se estaban gestando en los albores del siglo XX, todo el fascismo (violencia, totalitarismo, racismo, genocidio, explotación, deshumanización, burocratización...), abre la puerta a las fuerzas diabólicas para que las veamos de una manera tal que nos avisa del peligro al mismo tiempo que lo conjura para sí, lo vuelve ridículo, lo muestra tal como es y será, y sin embargo, es capaz de reírse de él. Kafka se está riendo todo el tiempo a pesar de que se encontraba en el ojo del huracán, en la Alemania pre-nazi siendo judío, condición que de no haber muerto de tuberculosis le deparaba la misma muerte que a sus dos hermanas, en una cámara de gas.

A Guattari le gustaba contar la anécdota de que Kafka leía lo que escribía en voz alta a sus amigos y que cuando lo hacía no paraba de reír a carcajadas, sería quizá por el alemán provinciano mal escrito de migrantes que intencionalmente usaba, o, por el placer que le proporcionaba escribir y burlar los males que le acechaban. De algún modo Kafka se escapaba, creaba una salida para su situación a través de la literatura, y salía disparado de ella como ese indio que quizá siempre quiso ser, a los lomos de un caballo que iba desvaneciéndose en su carrera dejándolo en plena libertad.

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